Discriminación por enfermedad en ATUCHA

Sebastián Fariña, del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, vive un calvario desde 2012 cuando un médico violó el secreto profesional divulgando que era portador de VIH. Hay dos denuncias en el INADI, aún sin respuestas.

Aislamiento, discriminación, mates que se esconden al llegar, jefes que no lo quieren en su sector. Ataques de pánico e intentos de suicidio fueron el saldo en Sebastián por atravesar este maltrato durante diez años, sin ningún tipo de respuesta del Estado.

Nucleoeléctrica Argentina S.A., de propiedad estatal, incurre hace una década en la violación de derechos elementales de trabajadoras y trabajadores. Durante 2012, en una charla privada, el empleado del área Recursos Humanos le comento al médico Carlos Gentile que portaba VIH. Tras volver de la licencia, se desató el calvario. “El médico en un audio que figura en la denuncia radicada en el INADI dice que me contagié por puto culo roto”, cuenta el damnificado.

“Quiero que la empresa se haga cargo del daño que me ha hecho”, dice el trabajador de 46 años. Toda esta situación, además del daño psíquico y emocional, también lo relegó en concursos para ascensos, lo condicionó a rotaciones en sectores de trabajo. Y, por los diversos estados de salud atravesados, durante algunas de sus internaciones NASA realizó intimaciones y quita de meses de su salario. Todo con el fin de alentar la renuncia a su puesto laboral.

“La persecución iba en aumento también porque Sebastián desarrollaba tareas de delegado en esos tiempos para nuestro Sindicato y cuando fue elegido para incorporarse a la Comisión Directiva posteriormente, se acentuaron”, expresó la dirección del gremio.

Vale mencionar que en el instituto oficial contra la discriminación hay dos denuncias radicadas. Una de 2017 y otra en 2021, aun sin respuestas, pese a la ley que desde junio se sancionó para evitar estas situaciones. Normativa impulsada por el mismo gobierno que en las empresas que controla permite estas acciones repudiables.

Cuerpo médico sin alma

El cuerpo médico cuestionado en esta situación es el mismo que interviene ineficientemente en los auxilios primarios de los compañeros accidentados y/o fallecidos en ATUCHA. Y es el mismo que subestimó en 2017, subordinándose a los superiores, el grado de radiación que afectó al Secretario Adjunto del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, Damián Strachenco, cuando fue envenenado con agua pesada contaminada del reactor nuclear.

Es el propio Ministerio de Salud que en su página web indica que La Ley Nacional de Sida N° 23.798 protege la confidencialidad de la serología en su artículo 2° y en el artículo 6° del decreto reglamentario, por lo que no hay obligación de contarlo. Y se sugiere denunciar a quienes difundan esa información sin consentimiento.

Además, en todos los casos, se aplica el criterio del principio de la bioética de la confidencialidad, incorporado también en la Ley de Derechos del Paciente N° 26.529, el cual implica que los profesionales de la salud también tienen el deber de resguardar la confidencialidad de la persona con VIH.

“Es inaceptable la situación de vulnerabilidad y discriminación a la que quedó expuesto Sebastián como ser humano, la expresa  persecución laboral y sindical que padeció, y que evidentemente esas acciones de NASA se producen también por pertenecer a nuestro sindicato. Estos hechos no son aislados: son parte de una sostenida política persecutoria de NASA, que se suma al desplazamiento laboral de Ramón Almirón y Gustavo Carriego, la discriminación en el otorgamiento de categorías, becas, vacantes, bolsa de trabajo, entre otros puntos”, analizaron desde el Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate. Y exigieron el avance de las denuncias en el INADI, la garantía de las leyes vigentes y el cese a toda discriminación y persecución.

Prensa del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate